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En todo el mundo, las tecnologías de la información y de la comunicación están generando una nueva revolución industrial tan importante y de tanto alcance como las que sucedieron en el pasado. Es una revolución basada en la información, que es expresión en si misma del conocimiento humano. El progreso tecnológico nos permite ahora procesar, almacenar y comunicar la información independientemente de la forma en que se encuentre, oral, escrita o visual, sin limitaciones de distancia, tiempo o volumen. Esta revolución añade capacidades nuevas y gigantescas a la inteligencia humana y constituye un recurso que cambia el modo en que vivimos y trabajamos juntos.
Informe Bangeman para el Consejo Europeo. 26 de mayo de 1994.
Disponible en http://www.ispo.cec.be/infosoc/backg/bangeman.html
El elemento más representativo de la nueva sociedad de la información lo constituye sin duda la World Wide Web o telaraña mundial que une millones de ordenadores en todo el mundo con una riqueza de información inimaginable hasta hace pocos años y un interfaz de uso tan gráfico e intuitivo que ha significado una expansión permanente de su uso a millones de usuarios nuevos cada año desde su popularización a principios de los años 90.
Sin embargo, la Web, o la Red, por usar un término en castellano, a la vez que facilita el acceso a la información a millones de usuarios, supone una serie de barreras para determinados grupos de usuarios, especialmente las personas con discapacidad.
En este trabajo hemos realizado un estudio sobre el estado de la cuestión de la accesibilidad a la red a nivel global. Nos hemos centrado en los problemas que plantea su uso a los usuarios con discapacidad, especialmente en el contexto español. Aunque la propia naturaleza de la Red permite la interconexión de redes de ordenadores basadas en distintas plataformas como Macintosh, Unix, DOS o Windows la mayoría de los usuarios que acceden a Internet en nuestro país lo hacen a través de ordenadores personales con el sistema operativo DOS, Windows 3.11 o Windows 95. En concreto este último va desplazando a los anteriores a medida que el parque informático de usuarios e instituciones se va renovando.
Por este motivo los ejemplos referenciados en el estudio de aplicaciones informáticas como equipos y programas de acceso pertenecen mayoritariamente al mundo de los ordenadores PC. Cabe destacar que en otras plataformas, especialmente en Unix y Macintosh, existen otras soluciones en el mercado igualmente válidas.
Para centrar ideas, exponemos a continuación una breve caracterización de los grupos de usuarios con discapacidad que pueden sufrir barreras en su acceso a la Red. Para ello hemos seguido la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías de la Organización Mundial de la Salud (Inst. Nac. Serv. Sociales; 1994) que supone un esfuerzo mundial de normalización de los términos empleados para referirse a este ámbito. Hemos resaltado únicamente aquellas deficiencias que suponen una discapacidad relevante en el acceso a la Red.
Deficiencias en los órganos de visión
Distinguimos dentro de ella la ceguera, que implica una pérdida total o casi total de percibir las formas; la visión parcial, que supone una gran dependencia de la información procedente de otros sentidos por cuanto implica sólo una capacidad residual de utilizar determinados aspectos de la percepción visual; y la visión reducida, que puede crear impedimentos a una persona en situaciones que exijan un elevado nivel de uso de la visión.
La deficiencia visual plantea importantes repercusiones en cuanto al acceso a las tecnologías. Toda la información que éstas manejen de tipo gráfico, ya sean textos o imágenes, será inaccesible para la persona con deficiencia visual, limitando por tanto su capacidad de actuación. En este sentido, el ordenador en su configuración estándar resulta imposible de utilizar, ya que tanto la pantalla como la salida impresa se basan exclusivamente en información visual.
Deficiencias en los órganos de audición
La deficiencia auditiva implica una pérdida total o parcial de la capacidad de percibir información auditiva. Dentro de ella se consideran diversos tipos en función del grado de pérdida, así se habla de sordera profunda cuando la pérdida se sitúa por encima de los 90 decibelios. Cuando ésta se da entre 70-90 dB se habla entonces de una sordera severa, mientras que cuando tiene lugar entre 40-60 dB se considera que se padece una sordera moderada. Por debajo de estos valores son interpretadas como sorderas leves..
En el caso de la deficiencia auditiva las limitaciones en el uso de la Red se manifiestan desde una doble vertiente. Por un lado, el efecto más claramente observable es la incapacidad para recibir la información sonora presente en el sitio web que se esté consultando. Por otro lado, aunque menos observable, pero en cambio, mucho más limitador desde nuestro punto de vista, están las dificultades para acceder al código escrito de la lengua oral. Las sorderas, y fundamentalmente las denominadas profundas prelocutivas, esto es, aquellas que padecen las personas desde el nacimiento o antes de la adquisición del lenguaje, y que suponen una pérdida por encima de los 90 dB. suponen un gran obstáculo para una correcta adquisición de la competencia lingüística, requisito fundamental para el desarrollo de la lecto-escritura. El uso de un vocabulario demasiado abstracto o de estructuras sintácticas muy complejas puede dificultar su comprensión. En este sentido, es aconsejable utilizar mensajes gráficos o utilizar glosarios de términos en los que se intente explicar mejor su significado. Unas normas mínimas de redacción, no solo facilitarán la comprensión a las personas con discapacidad auditiva sino a todos los usuarios.
Deficiencias del lenguaje
Deficiencias de las funciones del lenguaje
Incluye una pérdida o reducción de la capacidad de comprensión del lenguaje. En los trastornos congénitos, la deficiencia de comprensión tiene también consecuencias sobre la capacidad de expresión.
Como deficiencia vinculada a una de las partes de que consta toda comunicación, sus repercusiones tienen que ver con el uso de medios tecnológicos que utilicen la emisión de mensajes tanto sonoros como escritos.
Deficiencias del habla
La presencia de alteraciones en el habla bien que la imposibiliten (apraxia verbal), bien que la dificulten (disartrias, disfemias, taquifemias ), reducen la capacidad de una persona para utilizar la voz de un modo funcional e inteligible.
Esta deficiencia causa sus principales repercusiones en la capacidad de comunicación y por extensión en la utilización de las tecnologías que se basan en ella, como es especialmente el teléfono. En nuestro caso se traduce en la imposibilidad de utilizar los sistemas de control por habla o dictado del ordenador.
Deficiencias intelectuales
Engloba todas aquellas limitaciones que son consecuencia de procesos cognitivos inadecuados, alterados o insuficientes para abordar las distintas exigencias que se le plantean a la persona.
La discapacidad para procesar cualquier tipo de información o contenido en estas personas les enfrenta en la mayoría de las ocasiones a situaciones de gran dificultad para analizar, asimilar y dar una respuesta adecuada. En este sentido, los complejos y largos procedimientos, el elevado número de elementos a considerar, la necesidad de disponer de estrategias de respuesta, etc. que comportan la mayoría de los recursos tecnológicos imponen una barrera de difícil superación.
Deficiencias músculo esqueléticas
Deficiencias mecánicas y motrices y defectos de las extremidades
Incluye la pérdida de brazos o manos, o la capacidad reducida para utilizarlas por limitación de fuerza o coordinación.
La discapacidad en brazos y manos supone una importante repercusión en el uso de cualquier tipo de objetos, especialmente en los que tienen carácter tecnológico. Prácticamente la mayoría de las tecnologías, y en particular la tecnología de acceso a la Red a través del ordenador, exigen de una manera u otra algún tipo de manejo manual, por lo que una reducción o pérdida de capacidad en los miembros superiores implica limitaciones de uso de cualquiera de ellas.
Deficiencias generalizadas, sensitivas y otras
Algunas personas padecen deficiencias múltiples, como por ejemplo deficiencia visual y auditiva combinada, o deficiencia auditiva y problemas de control del movimiento de brazos y manos. Las personas con deficiencia intelectual en ocasiones también suelen estar afectadas por otro tipo de deficiencia.
En este caso las limitaciones de acceso se suman unas a otras, teniendo un efecto multiplicador sobre las dificultades para el manejo de las herramientas tecnológicas como el uso del ordenador para acceder a la Red.
En definitiva, hay que ser conscientes de que muchos usuarios del ordenador y por ende de Internet:
Por otra parte, cuando se habla de accesibilidad a la Red, se suele contemplar también la problemática de otros grupos de usuarios que:
El entorno eminentemente gráfico de la World Wide Web es una de las causas principales de su enorme popularidad. Pero esto que para la mayoría de usuarios se traduce en un manejo fácil e intuitivo de las herramientas de navegación por las páginas, puede ser una enorme barrera para los usuarios con deficiencias visuales. Por otro lado, conforme se vaya haciendo más común el uso de aplicaciones multimedia integradas en las páginas web, otros usuarios con deficiencias sensoriales pueden verse también excluidos si no se proporcionan canales alternativos para acceder a dichos contenidos.
Por estos motivos en los últimos años y desde distintas entidades se empieza a reflexionar sobre las condiciones que deben cumplir las páginas web para que su contenido sea accesible para el mayor número posible de usuarios. Un enfoque correcto del problema no debe centrarse únicamente en el diseño de las páginas web, como se verá a lo largo del presente estudio. Sin embargo, un buen diseño es uno de los aspectos claves de la accesibilidad, siendo condición necesaria aunque no suficiente, para que ésta sea posible.
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última actualización: 14/06/98 por Rafael.Romero@uv.es.