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La navegación por páginas web en la Red es sólo un caso particular de las muchas tareas que pueden realizarse a través del ordenador y como tal el usuario debe ser capaz de introducir las entradas necesarias o inputs y de interpretar las salidas o outputs que el ordenador le proporciona.
Tal vez sea el ordenador el instrumento tecnológico que con mayor profusión se utiliza hoy día y que al mismo tiempo más barreras impone para su acceso. Su estructura y configuración estándar exigen que la práctica mayoría de las capacidades humanas se encuentren intactas de cualquier deficiencia. Las capacidades visuales son necesarias para tener acceso a la pantalla, las auditivas para tener acceso a las señales acústicas y a la información sonora que cada día tiene mayor importancia, las manipulativas para manejar un complejo teclado y otros periféricos que comportan gran precisión motriz como el ratón, las cognitivas para asimilar el sinfín de comandos, menús, ventanas, iconos, directorios, etcétera.
Varios son los criterios que se pueden adoptar a la hora de determinar los distintos sistemas de acceso al ordenador (Dubuque, 1987; Huben, 1984). En nuestro caso recurriremos a la dicotomía ENTRADA-SALIDA, dado que se ha revelado como la más completa y clarificadora, no obstante haremos hincapié en el hecho de que las soluciones pueden ser modificaciones o sustituciones tanto de elementos físicos como de programas complementarios (Retortillo, F;1995).
Para una recopilación mucho más detallada de los dispositivos de acceso alternativo al ordenador, se recomienda visitar la base de datos de ayudas técnicas Ayteca OnLine de la Unidad de Investigación Acceso (http://acceso.uv.es).
Entendemos como sistemas alternativos de acceso de entrada aquellos que posibilitan la introducción de información y órdenes al ordenador mediante procedimientos distintos al teclado o al ratón convencional, incluyendo además los útiles que modifican el funcionamiento estándar de éstos.
El manejo del teclado convencional supone un proceso continuo de selección de opciones, por lo que cualquier método alternativo ha de tener como fin primordial que la persona con discapacidad pueda realizar procesos similares de selección. Los distintos sistemas de entrada pueden, por tanto, en función del tipo de selección utilizada, clasificarse a su vez como sistemas de selección directa, de selección por barrido y de codificación.
La selección directa permite a la persona activar una función de la forma más rápida posible. Requiere de la capacidad de discriminar un elemento de entre un conjunto de ellos y que el operador sea capaz de situarse rápidamente en cualquier lugar de todas las posibles elecciones. Simultáneamente, debe darse la suficiente precisión que permita la fiabilidad absoluta en la elección realizada.
El teclado convencional sería el exponente máximo de la selección directa. El individuo debe ser capaz de discriminar los distintos elementos que componen el campo de todas las posibles acciones (el conjunto de teclas) y exige una importante precisión visual y motriz en el momento de realizar la selección. Los sistemas alternativos de selección directa introducen modificaciones en algunas o varias de las características de este tipo de selección.
La modificación más elemental es la introducida por los propios sistemas operativos que permiten modificar los tiempos de respuesta de los elementos físicos del teclado convencional, e incluso sustituir el ratón a través del propio teclado. En el entorno Windows existe el Access Pack para la versión Windows 3.11 o las opciones de accesibilidad del panel de control en Windows 95.
En ocasiones será suficiente con incluir algunos dispositivos físicos que puedan paliar los efectos de un movimiento poco controlado o preciso sobre el teclado estándar. Utilizamos con este fín las carcasas protectoras mediante las cuales se evita por ejemplo que puedan ser pulsadas sin desearlo dos teclas al mismo tiempo, o se posibilita en aquellos casos de rápida fatiga que las manos puedan estar apoyadas sobre el teclado, o más propiamente sobre el protector que cubre el teclado, sin activar las teclas. También podrán ser utilizadas para reducir el número de opciones sobre las que interactuar.
En algunos casos se recurre a teclados que reproducen el teclado convencional bajo ciertas condiciones. Así el lugar de las teclas a las que estamos habituados es ocupado por unas celdillas planas de membrana sensible que responden según la presión que sobre ellas se realiza, pudiéndose variar la sensibilidad de las mismas. Permiten, además, redefinir el área que ocupa una determinada celdilla, adaptándose de esta manera a las posibilidades motrices y cognitivas de cada persona.
Y ya por último, dentro de los dispositivos de selección directa, encontraremos usuarios para los que no es suficiente el uso de los dispositivos hasta ahora mencionados. En este caso, se eliminará el teclado y el ratón como formas de entrada de la información y se sustituirán por diferentes emulaciones. Entre los dispositivos que sustituyen al ratón convencional, destaca el Headmaster nombre comercial de un dispositivo que se utiliza mediante la coordinación del movimiento cefálico con el uso de un sistema emisor de ultrasonidos dispuesto sobre el monitor del ordenador y un receptor que a modo de diadema sostiene la cabeza del usuario. Existen también multitud de emuladores de la función del ratón que suelen adoptar la forma de joysticks, y que puden situarse sobre aquellas partes del cuerpo donde exista suficiente control motor para un adecuado manejo de los mismos. Este tipo de periféricos se utilizan combinados a su vez con emulaciones por software del teclado que el usuario tendrá en la pantalla permitiendo realizar una selección directa sobre los mismos gracias a estos dispositivos.
Headmaster. Fuente: Ayteca (http://acceso.uv.es)
Muchos de estas emulaciones del teclado por software son configurables en forma de lo que se denominan sistemas por barrido, estos son métodos de selección que reducen al mínimo la necesidad de precisión por parte del operador. Aunque esto se consigue, sin embargo, a expensas del tiempo. La persona activa el proceso de exposición sucesiva de diversas opciones y lo detiene cuando aparece la opción deseada, o en condiciones de barrido automático simplemente lo detiene, gracias al uso de conmutadores o pulsadores (switches). Generalmente la velocidad de exposición o barrido se puede adaptar a la velocidad de respuesta del individuo.
El control del conmutador no se reduce únicamente a las manos. Cuando éstas se encuentran totalmente incapacitadas el recurso al movimiento de la cabeza suele ser el más frecuente. Conmutadores en forma de varilla pueden ser activados por un simple movimiento de cabeza o toque de la barbilla. En los casos de extrema inmovilidad corporal se puede recurrir a los movimientos aún presentes de la musculatura facial, ocular Pequeños dispositivos sensibles a la presión, algunos incluso sensibles a los cambios de potencial eléctrico muscular, pueden ser activados mediante mínimos cambios de posición de labios, frente, mandíbula Otros sistemas, aún más sofisticados, son sensibles a los movimientos oculares, dando la posibilidad de realizar mediante la mirada las selecciones necesarias para controlar el ordenador.
El criterio general debe ser siempre el de utilizar sistemas alternativos lo menos alejados posible de los sistemas convencionales. Por ello, antes de recurrir a conmutadores, es necesario agotar todas las posibilidades de utilizar el teclado convencional o teclados adaptados.
Varios conmutadores utilizados para la
selección por barrido
Fuente: Ayteca (http://acceso.uv.es).
Existen varios modos de realizar el barrido para proceder a la selección:
Se utiliza con listas de funciones relativamente pequeñas.
El usuario debe recorrer todas las opciones hasta alcanzar la función deseada. Es utilizado generalmente con sistemas de entrada de uno o dos conmutadores. Tiene el inconveniente de que a medida que las listas de funciones se hacen más largas el barrido se vuelve lento e incómodo. La lentitud de su operación es un compromiso aceptable en estas aplicaciones si consideramos todos los demás beneficios.
Emplea una determinada estrategia para reducir el tiempo necesario en la selección de un campo relativamente amplio de opciones (30 y superior).
Su aplicación más evidente es en los denominados sistemas alternativos de comunicación que utilizan las personas con limitaciones en su lenguaje. La selección se realiza escaneando primero un eje (el vertical, por ejemplo) y luego el segundo (horizontal), cuyas coordenadas determinan una selección específica y única. Aunque de indudable mayor rapidez que el barrido lineal, su velocidad es aún lenta comparada con la selección directa.
Requiere de la utilización de cuatro o cinco conmutadores.
Es un proceso más sencillo de visualizar y puede ser un poco más rápido que el barrido de matriz. Cada conmutador corresponde a cada una de las direcciones (cuatro) que el usuario recorrer en la parrilla, emulando en cierta medida los movimientos del raton.
Precisa de una entrada de tipo proporcional más que el activado-desactivado del conmutador.
Necesita de cierta precisión del operador pero puede controlar, en función del tamaño de la función utilizada, la velocidad a la que se produce el barrido.
La selección por 'Codificación' es una estrategia compuesta de varios procesos de selección. Puede variar ampliamente en su implementación y tiene el efecto de acelerar los procesos de selección de textos y mensajes. Requiere del operador que realice una serie de selecciones (lo que supone tiempo), pero lo compensa al utilizar la secuencia como un código para recuperar una unidad amplia de mensaje.
El Código Morse es el más obvio de los métodos de codificación, pero también lo son los "niveles de estilo de memoria" y de "expansión-abreviación". Este último suele utilizarse en los sistemas de comunicación alternativa, que caracterizados por grandes cantidades de elementos configurados en una distribución de parrilla, puede reducir la extensión de la misma dando a las localizaciones concretas más de un significado.
Mención aparte merecen los sistemas de entrada de voz, dada la amplitud de posibilidades que abre en todos los órdenes y en especial en el de la discapacidad.
Sin embargo, todavía existen importantes limitaciones en los sistemas de reconocimiento de voz que reducen las grandes posibilidades que el futuro les depara. Así, por ejemplo, las palabras deben ser pronunciadas claramente con el énfasis puesto en los sonidos consonánticos. Tanto el usuario como el sistema deben ser entrenados para una máxima eficacia, ello limita el uso de estos sistemas en personas con transtornos en el habla.
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última actualización: 14/06/98 por Rafael.Romero@uv.es.